Cuando llega el momento de organizar la vajilla pueden ocurrir dos cosas: que tengas piezas tan bonitas que prefieras no esconderlas tras las puertas de una alacena o que, en lugar de armarios, tengas vitrinas y estantes abiertos donde queden a la vista de todos. En cualquier caso, deberás buscar soluciones que te ayuden a exhibir las vajillas de forma atractiva y decorativa. Platos, teteras, bandejas, fuentes y demás piezas se convertirán en parte de la decoración. Apunta estos consejos.

Mix & Match
¿Quién dijo que piezas de diferentes juegos o colores no pueden exhibirse de manera armónica? Fíjate en esta composición de HK Living: cuencos, platos y mugs en distintas gamas de color se han combinado en las baldas de una estantería y el resultado no puede ser más decorativo. La clave está en dar con algo que les una, una nota o característica que tengan en común. Ya que no es el color, puede ser el material o el estilo. En este caso, son piezas de gres esmaltadas con una atractiva apariencia artesanal.

El color como hilo conductor
En el comedor puedes tener una estantería para colocar tus piezas más especiales, esas que no usas a diario. Bloomingville nos propone exhibir la vajilla en una composición equilibrada, que se prácticamente se funda con el mueble, con platos, tazas y menaje de mesa en el mismo tono que la estantería. En este caso, negro. Por cierto, las vajillas negras también son tendencia, pero eso lo veremos otro día. El blanco de la pared se convierte en un fondo perfecto para realzar el conjunto.

Exhibir la vajilla tras puertas de cristal
Una vitrina te permitirá lucir las piezas más bonitas de tu vajilla y, a la vez, protegerlas del polvo. Pero ¿cómo colocarlas para conseguir una composición decorativa? Agrupa por colores, por usos, por estilos… y juega con las alturas. En este caso, la combinación de madera y blanco contribuye a lograr un conjunto en el que nada desentona. Las bandejas apoyadas en la trasera, los platos en pequeñas pilas, piezas idénticas en el mismo estante y siempre alternando jarras o soperas grandes con tazas o cuencos más pequeños. La clave está en crear un bodegón equilibrado en cada balda. Foto: Country Living.

Menos es más
Esta imagen es un ejemplo de que no es necesario tener muchas piezas para conseguir una composición atractiva. Lo importante es saber combinarlas y acertar en su exposición. Si tienes dudas, una opción con la que acertarás seguro es agrupar las piezas por usos: pequeñas pilas de platos en un estante, las tazas en otra, cuencos y jarras por separado, bandejas apoyadas en la trasera y las ensaladeras o piezas de gran tamaño, también solas.
También puedes clasificar las piezas por tamaños: platos hondos, llanos y de postres en pilas distintas, y lo mismo con las tazas, mugs y cristalería, cada tipo en una fila.

Kitchen shelving
Las piezas que utilizas a diario también pueden formar parte de la decoración de tu cocina: es una solución ideal para tenerlas a la vista, localizadas y al alcance de la mano. En esta propuesta de Bloomingville, se ha reservado una estantería para colocar boles, mugs y tazas de desayuno. Todos, en tonos pastel y con estampados discreto. Es una ideal estupenda para la zona de comedor de tu cocina. Como ves, las baldas no están nada saturadas –tres o cuatro piezas en cada una– para que la composición respire, y se ha jugado con distintas alturas para darle dinamismo y riqueza visual.

La vajilla de las abuelas
Si tienes piezas de tus abuelas quizás sea el momento de plantearte crear una zona para exponer la vajilla como se merece: en una estantería donde puedas admirarlas más a menudo y enseñarlas al público.
Como ves, no hace falta que tengas la vajilla escondida. Organízala bien en estantes o vitrinas y deja que sea un elemento decorativo más.